lol@mento
Junto a la bahía, en La Bernerie de L.A. en casa de tu abuela. La mesa se vacía de manjares.
Las solteras y viudas experimentadas saborean la amargura del café mezclada con
la dulzura del helado. Son felices.
Aquí el mar falta gran parte del día, y cuando llega, se viste de marrón.
Aquí el mar falta gran parte del día, y cuando llega, se viste de marrón.
Porque la Costa de Jade sabe a chocolate. Quien la situó en el mapa, se durmió a su paso por La Sennetiere.
Dan las cuatro. El sol abraza las calles y casas con la fuerza de cinco mil años.
Insoportable hacerle frente
La hora de la siesta. No satisface a todos por igual; los que duermen, sudan, los que no, también; los que trabajan, sufren, los que juegan, también.
Tu respiración, mientras duermes a mi lado, me dicta estos versos, que pensándolo bien, bien valdrían una siesta.
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