CARLA café noisette

Ella aún no lo sabe pero a sus cinco años ya es mayor. Dos países le han dado esa mirada de adulta, de sabiduría, la que se tiene cuando se ha vivido mucho.
Espera que su madre le explique por qué su piel es tan oscura. Jade y Alessia, sus dos hermanas son rubias y tienen ojos azules; Está perdida en este mundo de etiquetas, aún antes de descubrir de dónde cuelga la suya.
No puedo evitarlo, pero cuando nos mira, sus ojos cargados de añoranza me dejan bouche bee*

Siento el peso de su juicio de niña adulta, incapaz de perdonar ni la estupidez de estigmas sociales, ni la mediocridad del que no valora la riqueza de la naturaleza humana.

El lunes empezó una gran aventura. Volvió al colegio; pero no es su colegio, en el que ha pasado su primeros dos años de escolaridad. Aquí hablan francés. Otra vez vuelta a empezar, ahora que consiguió controlar bastante el castellano...
Cuando dejó su casa de la Región Parisina no pensó que no volvería más. Tampoco que volvería. No pensó y punto. Pensaron por ella, pensando en lo mejor para ella.
Difícil de saber lo que sus compañeros de clase debieron pensar al verla desembarcar en aquella ciudad levantina, con su dialéctica de bebé con acento raro, los pelos a lo afro y la piel de color Café Cortado. No pensaron, simplemente, juzgaron. Juzgaron que no era como ellos, que era rara. Y por lo tanto diferente; Pero ellos no han vivido tanto como Carla.

Hoy, en su nueva escuela, los niños vuelven a ser todos diferentes, como ella. No la juzgarán por su aspecto. O eso cree ella. Pero ahora es Carla quien se siente diferente, porque no consigue entender muy bien lo que pasa, lo que dicen. Ya no es un bebé, habla, pero habla otro idioma, y del primero, apenas pronuncia cuatro palabras juntas.
Ayer decidió mimetizarse, hacerse invisible entre sus compañeros. Con la sabiduría del viajero de ida y vuelta, se metió el dedo en la boca como tantos otros en su clase. Y resultó. No solo pasaba desapercibida, además no tenia que pasar por la pesadilla de hablar con ellos. Qué sabia nuestra Carla.

Su madre se pregunta preocupada, si lo estará haciendo bien con Carla. Sinceramente querida ¿quién podría juzgarte?

A Fàtima, fuerte y valiente



*FR: Boquiabierta

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